Esta es la pequeña y humilde historia de unos buhoneros y feriantes, Arantza y Miguel, que empezaron viajando hasta los confines más lejanos del planeta porque nos gusta visitar sitios chulos y lugares en los que hay gente chachi. ¿Queréis saber dónde hay gente chachi y, además, en sitios chulos? En las reuniones de usuarios de ordenadores y consolas viejunas. Son unos lugares en los que los frikis más frikis se reúnen para comprar y vender cosas frikis.

Si comprar cosas frikis -Funkos, figuras, cajas de música, chucherías japonesas, comics...- mola un montón, venderlas es la repanocha. Eso lo vimos en nuestros viajes, que nos lo pasábamos pipa yendo a ferias como visitantes y un día pensamos, oye, si montamos un pequeño stand con artesanías que hagamos nosotros nos divertiremos y puede que hasta ganemos algunos eurillos para nos cubra el gasto del hotel o que al menos nos dé para que la cena en una pizzería nos salga gratis.

Cubrimos muchas noches de hotel y comimos muchas pizzas con los dineritos que fuimos ganando. Conocimos a mucha más gente chachi y ellos nos fueron conociendo a nosotros, nos pedían y hasta nos encargaban baberos con dibujitos, libretitas con portadas hechas con disquettes y figuritas pixeladas hasta que llegó un momento en el que nos dimos cuenta que pasarlo bien y ganar dinero era un win-win. Algunos lo llamarán codicia, otros lo llamarán evolución natural, salir de la zona de confort o liarse la manta a la cabeza pero lo cierto y verdadero es que dejamos nuestros respectivos empleos y alquilamos un bonito local en Barakaldo en el que antes había una linda paragüería para abrir las puertas de una nueva tienda, Mano del Friki. En Barakaldo sigue lloviendo y la gente sigue necesitando paragüas pero hay una cosa de la que está más necesitada la gente y nosotros estábamos dispuestos a ofrecérsela: felicidad.

En Mano del Friki vendemos felicidad, que puede sonar ñoño y caduco pero es que es así; lo friki transmite alegría, nostalgia, satisfacción...

todo aquello que acaba siendo pura felicidad, la misma que veíamos en nuestros viajes a sitios chulos y en los lugares con gente chachi.

Hoy en día seguimos yendo a y viniendo de eventos frikis cargados con nuestras cajas y cajotas llenas de felicidad, y como no podemos llegar a todas partes todo el tiempo, bueno, pensamos en lo lógico: vamos a crear una tienda on-line para que la felicidad esté ahí, quien quiera acceder a ella sólo la tiene a un click de distancia, imposible tenerla tan cerca. Quizás seamos unos pequeños y humildes buhoneros y feriantes dos punto cero pero sobre todas las cosas somos frikis, y a frikis no nos gana nadie.